El sábado pasado dejé satisfechas mis ganas de danzar, eso se debió no solo a los 4 tequilas que ingerí a los 10 minutos de haber llegado a la fiesta sino fundamentalmente a la fiesta misma. Gran fiesta, llena de felicidad, sensación de libertad, sonrisas, abrazos y mucho afecto. Pensándolo hoy, fue una fiesta cargada de emoción. Fue entonces que pude decirle a mi amigo que lo iba a extrañar y a su mujer, que no deje de escribir.
Mi amigo José, que se va de viaje por un tiempo considerable, me va a hacer falta.
Después de esto no tengo mucho más para decir, se cae de maduro que desde acá les deseo lo mejor a él y a Mariana pero...
ay! si que va a sentirse la ausencia de ustedes, mis amigos.